Los sistemas más seguros pueden venirse abajo por una brecha en el dispositivo menos pensado. Esto es lo que ocurre con el Internet de las Cosas, ya que el imparable aumento de los objetos conectados incrementa las posibles vulnerabilidades a través de objetos como simples cafeteras, aspiradoras, televisiones...

Actualmente hay una media de 5,4 dispositivos conectados por hogar, pero las previsiones apuntan a que en 2021 esta cifra subirá hasta los siete. Por este motivo, podemos contar con una contraseña inquebrantable en nuestro rúter o el mejor antivirus en el ordenador, pero si la seguridad de cualquier dispositivo conectado falla se compromete toda la red.

Vivimos en la era tecnológica y ese hecho se refleja en todos los ámbitos de nuestra vida. Desde el personal hasta el laboral, pasando por una etapa educativa en la que las nuevas tecnologías tienen cada vez mayor protagonismo. Por este motivo, profesores, padres e incluso los propios alumnos se enfrentan a un reto importante: la educación en ciberseguridad.

De acuerdo con un informe de McAfee publicado por diversos medios, el 86% de los estudiantes utiliza su dispositivo móvil al menos una hora al día mientras están en clase. Además, el 45% de los alumnos consulta sus redes sociales en horas lectivas. Este uso de la tecnología en los centros educativos requiere que haya un control que evite ataques y comportamientos delictivos como ciberacoso, intrusiones...

El estudio anual Global Cloud Index, publicado por Cisco, ha analizado el tráfico de centros de datos hasta usuarios finales para los próximos años y ha concluido que seguirán aumentando hasta poder alcanzar los 20,6 Zettabytes en 2023. Del global de este tráfico destaca el generado desde la nube, puesto que ya en 2021 se espera que suponga el 95% del total.

Entrando al detalle en el entorno cloud, las aplicaciones que serán más utilizadas son el vídeo en streaming, que en 2021 supondrá el 10% del tráfico dentro de los centros de datos; las redes sociales (22%) y las búsquedas en internet (20%). Por su parte, en el ámbito empresarial las principales áreas de crecimiento corresponderán a las aplicaciones ERP, las de colaboración y analítica.

La reactivación de la industria tecnológica española durante 2017 es un hecho. Este sector ha alcanzado una cifra de negocio global de 28.002 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 9,1%. Así se expone en el estudio Especial Líderes 2018, publicado por Computing España, en el que se analizan los datos de las 100 primeras compañías del ranking, excluida Telefónica (principal referente con una facturación de 52.000 millones de euros).

Las 10 primeras empresas alcanzaron una facturación de 13.434 millones de euros, un 10,8% más que los 12.126 millones del año anterior. Indra continúa liderando el mercado, superando por vez primera los 3.000 millones de euros con una mejora del 11% en los ingresos, gracias, entre otros aspectos, a la compra de Tecnocom. Entre las mejores compañías se asientan los mayoristas Tech Data y Esprinet, así como las telecos MásMóvil y Huawei.